martes, 1 de abril de 2014

50 dias cabreada

¿Alguna vez habeis tenido esa sensacion de estar cabreada con el mundo sin ser capaz de elegir un motivo?

Es que ya lo decia el gran Groucho Marx....hay veces que solo te apetece decir: "Paren el mundo que me bajo".

En mi caso hace tiempo que me ronda esa sensacion...hace 50 dias.
El motivo lo conozco de sobra...y aunque cada dia lo cubro de un velo de fortaleza (y no me refiero al cafe aunque a veces ayuda) sigue ahi,latente a mi lado.

A veces creo que mi mal humor esconde algo. Que en realidad no es mas que el reflejo de mi sentimiento de culpabilidad por seguir aqui que se incrementa por momentos cuando deberia dejarlo ir.

Pero eso me cabrea mas, entonces me cabreo mucho conmigo y con todo aquel que me busca, o quiere mi ayuda, mi consuelo, mi sonrisa, mi capacidad de aguante...mi fortaleza.

Con ella no tenia que ser fuerte. Ella me cuidaba, y yo me limitaba a ser la pequeña.

Estoy enfadada si! Y lo estoy contigo. Por no dejarme estar a tu lado...por las veces que baje y habia una excusa estudiada para no poder verme. Por darme un verano tranquilo.

¡No lo quiero! ¡No lo queria!¿No lo entiendes? Quedate cada experiencia que vivi, cada persona que conoci, cada sonrisa, cada momento de paz, cada cerveza en buena compañia, cada noche viendo el mar... No los quiero...los he llegado a despreciar. Yo queria estar contigo.

Me he llegado a despreciar a mi misma ¿sabes?...por respetarte y darte tiempo, por obedecerte porque eras la mayor, porque asi debia ser. Cuando algo dentro de mi me decia que habia un porque, que tu no eras asi.

Y ahora ya es tarde...ya solo me queda mi cabreo... ¡Hasta en esto me estas cuidando!. Me has dado rabia para cuidar de mi...para decir que no. Para luchar por lo que quiero y ser fuerte. Porque ya no me podras cuidar tu.

domingo, 9 de febrero de 2014

Su cuento

Mientras se acercaba a la casa, ya desde lejos, veía la luz salir de la lonja y su figura tranquila sentada en su silla de mimbre. Esperaba sereno y con ese aura de calidez del hogar que siempre le caracterizaba.
- No creí que estuvieras aquí - le dijo ella.
- ¿Y dónde voy a estar? Me gusta estar aquí a la fresca.
- ¿Dónde están el resto?
- Todavía no han llegado. Son como tu abuela, les gusta mucho el chusmeo. Tú siempre fuiste más como yo. Pero tranquila, irán llegando, como siempre, y estaremos todos juntos.
Ella se acercó, le dió un beso, se sento en la silla que había a su lado, y le sonrió como sólo ella sabía hacerlo. Esa sonrisa que brillaba en sus ojos, que dejaba asomar dos hoyuelos y que él, como todos los que la veían, no pudo evitar corresponder.
- Tengo ganas de que la conozcas... Vendrá con mi marido. Son mi alegría.
- Entonces les sacaremos una silla, como a todos. Tu abuela tiene muchas.
- Te he echado mucho de menos abuelo. Creí que ya no te vería.
- ¿Cómo no me vas a ver! Sabes que siempre os espero y hasta que no estáis todos no me gusta irme a acostar.

miércoles, 5 de febrero de 2014

El día que se apagó mi mundo

El 1 de febrero de 2014 es el dia en el que se ha apagado mi mundo.
A las 9:30 de la mañana una llamada dió un vuelco a mi realidad convirtiéndome en adulta de golpe.
Mi prima, mi hermana, se estaba muriendo de cancer, y no hay solución, ni milagro, ni despertador que cambie el desenlace de esta horrible pesadilla.
Desde entonces cada día es un tramite más, cada hora es tiempo de descuento, cada sonrisa se antoja como algo utópico sostenido con fragiles hilos de realidad maldita.
Y mientras tanto me niego a llorar del todo; porque hacerlo significa rendirme. Asumir. Ser consciente de que pronto no estará conmigo más.

jueves, 16 de mayo de 2013

Porque prefiero ser No- Princesa

Puede que madrugar no me siente bien...pero hoy me he sorprendido pensando en el efecto que pueden tener sobre nosotras los cuentos de niñas...y sí, hablo especialmente de nuestras queridas Princesas Disney!!

No se vosotras, pero creo que casi todas las relaciones que he tenido y que han podido resultar un pelín digamos "sorpresivas"-que no sorprendentes- tenían algún componente Disney, y como hablamos de cuentos por os lo cuento:

  • Cuando era pura e inocente... soñaba con un Príncipe Azul...siii… un príncipe como el de la Bella Durmiente... y un día él llegó, en su "corcel" rojo y me llevo a un palacio de ensueño....pero me dormí! ….y a diferencia que en el cuento Disney a mí el muy capullo no vino a despertarme!! Se fue con la bruja mala!! Por suerte para mí por aquel entonces ya habían inventado los despertadores.

  • Después cuando estaba enfrascada en mis libros de derecho...conocí a mi Bestia... con sus melenas y todo…y lo transforme en príncipe...pero claro se vio tan Bello… que sólo se miraba a él mismo… así que… le pedí un taxi!

  • Más tarde esta pequeña chica de barrio… conoció a otro Príncipe, el Príncipe del reino que buscaba a una Cenicienta con la que comer perdices para siempre… parecía el príncipe perfecto… (pero para otra)… porque yo no le debía de valer del todo, así que me vistió como una princesa, me pidió ser prudente, educada y muy formal, vamos una muñequita, y me calzó unos zapatos de cristal preciosos (bueno… los pagué yo) pero IN-CO-MO-DÍ-SI-MOS!! Y claro mi Hada Madrina, que era más de “converse” ;-), me animó a bailar bajo la lluvia y comer helado en invierno,…

  • Entonces conocí a Peter Pan, había perdido su sombra y como buena Wendy le ayudé a encontrarla y se la cosí a las botas, después me llevó a Nunca Jamás, me presentó a los niños perdidos, y le ayudé a encontrarse y a vencer a la “Capitana Garfio”… pero cuando todo le fue bien… me devolvió a mi realidad y me prometió que siempre seríamos amigos y volveríamos a Nunca Jamás a repetir aventuras,… pero claro fue una promesa con la boca pequeña… así que el otro día tiré mi costurero…

Ahora me surge una duda, porque mi princesa Disney favorita siempre fue Ariel, la Sirenita. Sí, esa que quería romper con la vida que su entorno tenía preparada para ella y vivir fuera del agua! Ideal verdad? Pero claro con mis antecedentes, tengo miedo de que si me cruzo con Eric en un naufragio, me de pereza, no le ayude… y me acusen de Omisión del deber de socorro.

Así que nada de princesas, si me apetece soñar seré Dorothy, viajaré a Oz y recorreré el camino de baldosas amarillas rodeada de buenos amigos, cada uno con su particular tara… pero que me querrán tal como soy, una humilde granjera. Y si la cosa se tuerce y aparece un “Brujo malvado del Oeste” golpearé mis zapatos rojos 3 veces… porque mis queridas no-princesas “No hay nada como mi hogar”.